Viena, 2 de enero, 1995
Hoy cuando estaba en la tina, sentí la inquietud por primera vez. Una cierta tristeza en las paredes, un aire que no había notado antes, se coló en mi interior. Algo se está desmoronando. Desde que llegué no logro conciliar el sueño. Leo hasta el amanecer y durante el día deambulo somnolienta por la casa. Estoy asustada.
Viena, 12 de julio, 1995
Volví hace unos días a Viena. Omama tendrá que dejar la casa este verano, tiene ochenta y cinco años y ya no puede vivir sola. Cuando llamamos a mi madre siempre está muy nerviosa y hace planes. Ayer habló de llevarla a México. En el tono de la voz de Omama, siento que quiere quedarse.
Viena, 13 de julio, 1995
Hoy fuimos a un asilo que está en medio de grandes árboles. Nos acompañó la hermana de mi abuela. Me contaron que cuando eran niñas vivían tan sólo a unas calles, y en ese lugar había una pradera donde jugaban. Omama recuerda dónde estaba cada mueble en aquella casa, dónde estirar la mano para encender la luz. Eso fue hace más de ochenta años. Sé que ya tomó la decisión.
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